En algunas ocasiones, las personas que somos parte de la diversidad sexual crecemos en un ambiente que no es el propicio para expresarnos de manera libre y mostrarnos como somos ante el mundo, donde nuestro único recurso para ser libre es escribir. Escribir cartas que en muchas ocasiones nunca llegan a su destinatario.

Escribimos cartas a nuestros padres platicándoles sobre nuestra orientación sexual, escribimos una carta de amor que nunca será leída por la persona a la que se la escribimos, escribimos nuestro enojo cuando vivimos discriminación, escribimos nuestro perdón a seres queridos por habernos rechazado, escribimos un perdón a nosotres mismes por habernos castigado en el pasado por ser quiénes somos, escribimos la impotencia que vivimos de no sentirnos aceptades socialmente por tener cuerpo diverso, escribimos a nuestro yo de hace años como una estrategia de perdornanos años atrás, escribimos para sanar, escribimos para imaginar, escribimos cartas para escapar, escribimos para vivir; porque muchas veces el único recurso, escape, salida o forma de ser nosotres mismes, es escribir.