fbpx

Presentación 2020 de 🌈 Sarao_ Libro digital LGBTIQ+

Tiempo de lectura: 2 minutos

Conoce las historias que formaran parte de la segunda edición del libro digital

Sarao_ Historias mexicanas LGBTIQ+

El próximo viernes 17 de Julio a las 20:00 hrs en la página de facebook de Guadalajara Pride, se presentarán de manera virtual las historias que formarán parte de la edición 2020 de Sarao_ Historias mexicanas LGBTIQ+.


Entra al link  y *Activa la notificación* que te recordará cuando el evento esté en transmisión.

https://bit.ly/PresentacionSarao2020



Si tienes dudas o requieres más información comunícate al correo: robsmx52@gmail.com


Links:

Comunicado prensa // imágenes – https://drive.google.com/drive/folders/10dSfRzgfiOHbvXezOIi8CbAU-t-Lcrqg?usp=sharing


Conoce y descarga el Sarao_ 2019, Historias tapatías LGBT+ aquí   


En alianza con:
Guadalajara Pride, Codise Ac, PuroMole y Rosa Distrito

 

 

Más allá del amor, era la estrategia. 10 años Matrimonio igualitario en México.

Tiempo de lectura: 10 minutos

Matrimonio igualitario. 10 años en México. Lo que no se nombra no existe y por muchos años los gays, lesbianas o personas trans no podíamos nombrar el matrimonio como una realidad en nuestras vidas. Hace 10 años la situación cambió por completo para las parejas del mismo sexo de la Ciudad de México, por primera vez podrían contraer matrimonio en la capital de país; no así en los demás estados. Sin embargo, en un intento para reconocer el matrimonio fuera de la capital, 3 parejas de jalisco junto con otras 26 de diferentes estados de la República, acudieron al entonces llamado Distrito Federal para casarse. Ninguna de estas parejas, antes de este viaje, se hubiera imaginado que podría ser una realidad. Aún así, recorrieron cientos de kilómetros con la esperanza de que el 21 de marzo de 2010, una autoridad les declarará en legítimo matrimonio.

Por Rob Hernández

Las noticias corrían a finales de 2009 y lo inimaginable estaba por suceder, en la capital del país gracias a una iniciativa impulsada por el diputado David Razú. Luis y Genaro seguían la información en los medios de comunicación y veían con alegría lo que estaba por aprobarse. A sus 6 años de noviazgo no les hacía falta un documento que representara el compromiso y el amor que ya existía entre ellos, sin embargo, estaban conscientes de los beneficios legales que traería el poder formar un matrimonio acorde a las leyes. Una realidad que, aunque estaba por suceder en el otrora Distrito Federal (DF), aún estaba lejos de tierras tapatías.

Cuando Fernando y Héctor se conocieron, podría decirse que fue amor a primera vista. Desde ese momento se enamoraron y la situación se fue acomodando para que, casi inmediatamente, unieran sus vidas bajo un mismo techo. A los meses de conocerse comenzaron a vivir juntos y desde entonces, hasta el 2009 no se habían despegado uno del otro. Pareciera que Héctor invocó al destino cuando conoció a Fernando, ya que al poco tiempo ser novios, le hizo una carta en la que, emulando un acta de matrimonio, le hacía firmar que pasaría el resto de su vida junto a él. Mientras redactaba esta carta, nunca se imaginó ser una de las primeras tres parejas gay de Jalisco que firmara un acta de matrimonio real, con todos los derechos y obligaciones que marcaba la ley.

Jaime Cobián es de los pocos activistas de Jalisco que inició en los años ochenta, que sigue vigente y visible en la lucha por los derechos de las personas de la diversidad sexual. En el año 2000 conoció a Rodrigo y desde el primer momento supo que sería su compañero para toda la vida. Jaime era miembro activo de un partido político de izquierda, impulsó una agenda progresista para el estado y comenzó a involucrar a Rodrigo en la política, tanto así, que en el año 2002 Rodrigo fue la primera persona en pedir al Congreso del Estado de Jalisco que el matrimonio igualitario fuera una realidad. Lo hizo en el estrado del pleno, como parte de una actividad de Jóvenes en la política. Ese día lo acompañaba Jaime, y lo que proponían lo veían como una utopía. No creyeron que ese pronunciamiento se volvería un antecedente para lo que les sucedería 8 años después.

Los que hoy tenemos más de 25 años, crecimos en una sociedad que veía a las parejas homosexuales viajando a países como Canadá para casarse, regresar y caer en cuenta que solamente fue una ceremonia, que en México carecía de todo valor legal. Al momento de tener que tomar decisiones sobre el cuerpo de la pareja o registrar bienes mancomunados, su matrimonio era una experiencia que solo quedaba en la emoción y fotografías.

En diciembre de 2009, esa realidad que por muchos años de nos fue negada a las personas no heterosexuales, estaba siendo una realidad. El cambio a la ley del distrito federal entraría en vigor en marzo de 2010. Marcelo Ebrard el entonces jefe de gobierno, sería el que casaría a las primeras parejas.

Jaime Cobián, veterano en el activismo LGBT+ del país, fue considerado junto con Rodrigo para formar parte de esa primera boda, que ocurriría el 14 de marzo de 2010. Sin embargo, al estar en la capital, surgió una inquietud más allá de ese primer momento; la pareja se regresó a Guadalajara sin su acta de matrimonio, pero había una gran razón.

Matrimonio Igualitario 10 años

Los grupos conservadores, al conocer que el matrimonio igualitario ya sería una realidad en el DF, promovieron una controversia constitucional contra este derecho recién reconocido. Estados como Jalisco y Guanajuato fueron de los principales impulsores de esta estrategia legal, que buscaba tirar la posibilidad de los matrimonios igualitarios en la capital y que se expandieran al resto del país.

Las y los activistas se percataron de éste movimiento que estaban cocinando y por eso Jaime, junto con otros, decidieron que tenían que regresar a los estados, para regresar nuevamente al DF con parejas del interior del país para que se casaran inmediatamente. El objetivo era regresar a su lugar de origen y hacerlo válido en cualquier otro estado de la república.

Jaime y Rodrigo regresaron a Guadalajara con una semana de plazo, para regresar nuevamente a la capital, pero ahora acompañados de parejas que se fueran a casar en una ceremonia colectiva el 21 de marzo de 2010.

Las preguntas para ellos dos eran muchas: ¿habrá parejas que quieran casarse? ¿cómo los trasladarían a la capital del país? ¿Cómo cubrirían los requisitos legales? ¿podrían casarse personas que no vivieran en el DF? ¿Lograrían hacerlo antes de que surtiera efecto la controversia constitucional de los grupos conservadores? Era un volado al aire, el reto estaba y el tiempo corría. Tic tac. Tic tac.

Al llegar a Guadalajara comenzaron una búsqueda exhaustiva de parejas para llevarles al DF en una semana. La mayoría de sus amigos o conocidos no aceptaron, pues nunca habían visualizado el matrimonio como un objetivo en su relación. Otros tantos, sentían que no estaban en el momento adecuado para contraer matrimonio y otros, simplemente no quisieron. Otro detalle que hizo que varios se negaran, era que como parte de estas bodas, tendrían que tener disponibilidad en hacerlo de manera pública, ya que por el suceso que representaba, lo más probable es que hubiera mucha prensa interesada en cubrir la nota nacional.

Jaime se los propuso a Luis y Gnearo, tal cual: Hay una posibilidad de que se puedan casar en el DF el próximo 21 de marzo, en una semana. Estamos juntando parejas de varios estados y allá nos ayudarán a cumplir con los requisitos, solo necesito unos papeles de ustedes. Cómo ven?

A ellos les cayó de sorpresa la noticia, habían estado al tanto de lo que sucedía en la capital, tenían conocimiento de que Jaime y Rodrigo estaban metidos en el tema, pero nunca se imaginaron que les plantearían la posibilidad de ser unas de las primeras parejas.

De igual manera, Jaime le habló a Fernando para proponerle que él junto con Héctor, fueran parte de ésta aventura. Ellos lo dialogaron y aunque no lo tenían en sus planes, porque nunca se había vislumbrado la posibilidad real, aceptaron. La confianza de Fernando de conocer a Jaime Cobián desde los años ochenta, los convirtió en los aliados perfectos para emprender este viaje incierto.

En una semana, Jaime, Rodrigo y los representantes de Codise en otros estados, lograron juntar alrededor de 19 parejas de colima, nayarit, guanajuato y michoacán. Las parejas estaban listas, pero los gastos para trasladarlos, hospedarlos y alimentar a las parejas no estaba resuelto. La lucha por el reconocimiento del matrimonio igualitario, no era de a gratis. Como siempre pasa en el activismo, entre cooperaciones y aportaciones de familiares o personajes políticos, lo lograron. Mención especial merece Sara Cobián, hermana de Jaime, que por mucho tiempo ha aportado financiamiento para las causas y proyectos LGBT+, en este caso ella pagó el camión.

Era 19 de marzo por la noche en Guadalajara. Se dieron cita alrededor de 10 parejas en un café que tenían Luis y Genaro; las demás las recogerían en el paso de las ciudades hacia el DF. El viaje estaba lleno de expectativas y de personas desconocidas que se habían reunido ante la petición de Jaime Cobián y la promesa de que se podrían casar; una promesa que incluso el mismo Jaime, no tenía la certeza que sucedería al llegar a la capital.

Arribaron al DF después de 7 horas de viaje nocturno. La tarde del 20 de marzo de 2010, se conocerían por primera vez las 29 parejas homosexuales de todo el país, que al día siguiente harían historia.

La noche iba cayendo y las parejas iban llegando a un salón de un hotel del centro de la ciudad. Todos y todas se saludaban, se presentaban con nombre y ciudad de origen. La emoción llenaba la sala, la euforia se contenía en las manos al ser estrechadas.

Lol Kin Castañeda y Judith Vázquez, activistas del DF, parte del grupo que impulsó y cabildeó el matrimonio en la ciudad, llegaron, saludaron a cada una de las personas de mano, se presentaron y coordinaron la reunión. Esa noche había un triple objetivo, por un lado conocer a las parejas que al día siguiente contraerían matrimonio de manera pública, explicar la dinámica de la ceremonia y explicar la estrategia legal que se implementaría una vez que regresaran a sus estados.

Lo primero era saber quiénes de las personas ahí presentes no podían ser mediáticas por problemas en su trabajo o cuestiones personales. De ahí se decidió que 4 parejas, dos de gays y dos de lesbianas, firmarian en público durante la ceremonia colectiva, los demás lo harían previo a la ceremonia y en privado. Fernando y Héctor de Jalisco serían una de esas 4 parejas que lo harían de manera pública.

Estaban a unas horas de que se llevara a cabo la ceremonia, pero esta vez no sería como en los cuentos: Y vivieron felices para siempre. Su matrimonio sería el inicio de una lucha social e institucional por el reconocimiento de los derechos de las personas gays, lesbianas, bisexuales y trans. Después de la boda, regresarían a sus estados. Quienes tuvieran seguridad social reclamarían el registro de su cónyuge, de igual manera se haría con otras instituciones, para hacerles saber que el matrimonio del mismo sexo, era una realidad en el país.

Una vez platicado y organizado todos los pendientes de papeles, logística y acciones posteriores, llegó la hora de dormir. Muchos de ellos no lograron conciliar el sueño por la emoción de su boda, más allá de un logro emocional, era lograr una seguridad como pareja, con las mismas facultades de una pareja heterosexual, es decir por fin podrían convertirse en una familia legalmente.

Al día siguiente todo transcurrió como en cámara rápida. Luis y Génaro vistieron una camisa blanca y un pantalón negro, sin corbata. Desde tempranas horas atendian llamadas de medios que querían entrevistarlos; Fernando y Héctor vistieron ambos un traje negro, Fernando portaba lentes oscuros, quizá era su manera de lidiar con el futuro desconocido y lo que implicaría convertirse en una de las caras de un logro trascendental para el país. Jaime y Rodrigo no habían pensado en que ropa usarían el día de su boda, entre conseguir parejas, autobús, papeles y dinero, dejaron de lado su propia ceremonia. Un día antes compraron unos trajes en La Lagunilla, Jaime un traje negro y Rodrigo uno blanco.

Llegaron temprano al registro civil número 01 del Distrito Federal, todas las parejas pasaron a firmar en privado, excepto las 4 que lo harían de manera pública. La ceremonia colectiva comenzó. David Razú, diputado impulsor de la iniciativa fue testigo de honor de todas las parejas y pronunció un discurso en el que hablaba de la igualdad de derechos, de eliminar la percepción de ciudadanas y ciudadanos de segunda, sobre la apertura a ser una sociedad con familias diversas y dirigiéndose en todo momento a ellas y ellos, con un lenguaje incluyente que muchas personas políticas quisieran implementar en sus discursos hoy, diez años después.

Llegó el turno de la Jueza a cargo de la ceremonia. Mientras escuchaban los discursos y pasaban las parejas a firmar al frente, la emoción del matrimonio le cayó en cuenta a Jaime Cobián; él mismo nunca creyó que pudiera ser una realidad y en ese momento estaba ahí, de pie, al lado de su pareja, Rodrigo, a punto de convertirse en un matrimonio. El trabajo de él, junto con otras y otros activistas a nivel nacional, estaba impactando a las vidas de 58 personas de los estados, y ese era solamente el principio.

…. Yo los declaro unidos en legítimo matrimonio”, exclamó la jueza. Los hurras, los aplausos y las lágrimas se apoderaron de aquel recinto público, que por primera vez albergaba una boda colectiva de puras parejas del mismo sexo de diferentes estados. Por fin un gobierno estaba reconociendo legalmente uno de los derechos alienados a las personas LGBT+.

Al grito de “Viva México”, muchas se unieron y se sintieron, por primera vez, parte de un país que los tomaba en cuenta, con cada vez más derechos reconocidos. Sin embargo, eso solo era el principio de una lucha social e institucional que ha logrado a lo largo de estos diez años, que las personas tengan una mayor libertad de expresarse y de amar a quien ellos o ellas deseen.

Ese día, 21 de marzo de 2010, las parejas regresaron a sus lugares de origen sin el acta de matrimonio, se las enviaron posteriormente, ya que tenían que hacer adecuaciones para implementar un término neutro, más allá del esposo – esposa. Así es, los cambios sociales requieren tiempo y lingüística aplicada.

Documental Cónyuges


Actualmente en el Congreso del Estado de Jalisco existen más de 5 iniciativas sobre el matrimonio igualitario. Aunque ya es una realidad que las parejas Jaliscienses pueden contraer matrimonio, no han habido los cambios legales y legislativos necesarios para que todos y todas las personas tengan que acatar lo que establece una ley. El Código Civil del Estado de Jalisco actualmente menciona en el artículo 258: “El Matrimonio es una institución de carácter público y de interés social, por medio de la cual un hombre y una mujer deciden compartir un estado de vida para la búsqueda de su realización personal y la fundación de una familia”. Nada más alejado de la realidad actual.

****


Puedes conocer la historia completa del Matrimonio igualitario de éstas parejas, en un documental que realizamos y que está próximo a estrenarse.

Consulta más información en www.documentalconyuges.com

*Imágenes del Matrimonio igualitario tomadas del Documental Cónyuges, consulta más información en DocumentalConyuges.com